Pedro Berruguete
Estilo
En cuanto al estilo de Pedro Berruguete, las obras que realizó entre 1483 y 1503 deben considerarse los primeros ejemplos de la introducción del Renacimiento en la pintura castellana. El iniciador del nuevo arte en Castilla no fue un extranjero, como en Valencia, sino un pintor de Tierra de Campos, de origen hidalgo, cuya dedicación a la pintura sin duda fue vocacional.
La singularidad de su arte radica en que su estilo fue un estilo integral, conciliación de dos estilos surgidos a comienzos del Cuattrocento en Italia y Flandes. Su estilo fue su respuesta personal a ese debate y no a la suma de esos dos elementos flamenco e italiano.
Se ha tardado mucho en reconocer la calidad y originalidad de la obra de Berruguete, pero al final la historiografía española ha sabido destacar su figura, interpretarla y valorarla. Pedro Berruguete es uno de los hitos de la pintura española como lo fue Velázquez en el siglo XVII.
En cuanto a sus características, de algunas de sus pinturas castellanas estudiadas en el laboratorio, se han analizado soportes, pigmentos y aglutinantes, y se han hecho reflectografías, radiografías, etc. Con luz rasante o con una simple inspección ocular se observa que para traducir la arquitectura de los edificios, los objetos muebles y la representación del espacio, Berruguete efectuaba sobre la capa de la preparación de la tabla unas incisiones bastante profundas con in instrumento punzante. Todas estas incisiones fueron realizados por el pintor lo primero de todo, antes de dibujar las figuras y el resto de los objetos, para los que dejó huecos. Fuera de esos huecos, la superficie del cuadro estaba recorrida por una red de trazos incisos. El que estas incisiones se puedan apreciar a simple vista en las obras de Berruguete, permiten asegurar que no se conocen excepciones, es decir, que las presentan todas las pinturas que se le adscriben. Obviamente, la única obra que no las tiene son los” retratos de hombres ilustres” de Urbino, ya que el palentino no intervino para nada en la ejecución del dibujo subyacente que corrió a cargo de Justo de Gante.
El dibujo subyacente obtenido gracias a la reflectografía infrarroja constituye uno de los aspectos más personales en la ejecución de cada obra. Lo primero que se debe destacar de ese dibujo subyacente en la obra de Berruguete es su carácter elaborado así como el espesor de sus trazos y su fuerza expresiva, así como que los contornos se hacen con líneas largas. El modo en que Berruguete lo llevó término es tan personal, con líneas intensas, largas, paralelas y muy juntas, que permite llegar a la conclusión de su autoría, junto con los tipos humanos que seleccionó para sus figuras, que reproducen rasgos comunes y una intensa vida interior.